¡Mataron al hombre ...Lo mataron!
Salió de su tienda en busca
de leña, quien sabe
Si para aromar el día santo
Con uñetazos de agua
hervida al yacer la alborada
Debió ser un presagio, cuando el nuboso cielo
Protegía las tribus del
ardoroso sol
Lo apresaron en el desierto
Unos trozos de leña seca,
lo traicionaron
No advirtió el santo día
Reposo…, reposo…, reposo
Fue puesto en prisión,
hasta el día de sentencia
Hacia las nubes entró la
voz de moisés
Desde las nubes el juez
supremo bajó
Sacar el preso al monte y
apedrearlo a morir
Toda tribu lo apedreó
Toda mano santificó la
muerte
...Muerte! ...muerte!
...muerte!
Quién sabe si alguno
Lanzó con dolor la
piedra..., quien sabe!
Walterr José
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